Video: Trailer "Historias extraordinarias" filmada parte en Azul
Mientras X (Mariano Llinás) camina por un descampado y se inicia el Episodio 1 ("El Episodio del Tractor") de los 18 que integran su ambicioso filme de cuatro horas, los espectadores ya sabemos que estamos ante una película inusual. No sólo porque la duración nos hace pensar en una experiencia fuera de lo común, sino porque la puesta de las primeras escenas -planos largos y cuidados, una voz en off que relata con detalles algo que apenas se ve, y a veces aún antes de que se vea- nos advierten que se trata de un trabajo de ingeniería audiovisual pocas veces visto. Aquí nos van a contar una película. Y nos van a mostrar una película. Y las dos juntas serán una tercera película.
Y eso será apenas el principio de la saga de X, que luego se completará con la de Z (Walter Jakob) y más tarde con la de H (Agustín Mendilaharzu), tres historias que nunca se cruzarán. X cometerá un crimen, se esconderá y elucubrará tramas extrañas respecto a lo que le va sucediendo. Z toma un puesto jerárquico, "un trabajo tranquilo" que probará no serlo tanto ya que lo llevará a seguir los pasos de su antecesor en el puesto, lo que implica descifrar mapas con extrañas señales, encontrarse con animales salvajes y viajar a lugares impensados. H, en tanto, se hará cargo de recorrer el Río Salado buscando y fotografiando monolitos, pruebas de un proyecto fluvial abandonado. Andando en su bote se topará con otro hombre en parecido recorrido. Y ambos se encontrarán con otros.
Estas historias de Llinás, él lo ha dicho, son meros espejismos que llevan al espectador a descubrir universos, a emprender senderos que se bifurcan por el sólo placer de seguir la aventura. No se sabe de dónde vienen los tres personajes y tampoco adónde llegarán, pero el cuento contado por Llinás nos involucra en sus historias gracias a un texto plagado de detalles (la voz en off es excelente, leída con tono neutro, por Hendler, Juan Minujín y Verónica Llinás), que va descubriendo personajes, comentando situaciones, haciendo acotaciones, jugando, apostando, engañando.
Es una película de observaciones, un cuento imaginado y contado por alguien que sabe descubrir en cada paisaje, en cada objeto, en cada personaje, el detalle único. El de Llinás es un viaje de transmisión de la felicidad de narrar, de desplazarse, de mirar. Es un homenaje a las rutas de provincia, a los pueblos grises -con sus municipalidades, sus plazas, sus oficinas públicas y sus cementerios- hecho por un grupo de aventureros del cine, actores y equipo técnico.
Las cuatro horas de Historias extraordinarias son un acontecimiento para el cine argentino, el nuevo y el viejo, el de ahora y el de siempre. Decir si marcará o no "un antes y un después" de algo sería hacer un futurismo de salón que no aportaría nada. Por lo pronto, se puede decir, parafraseando el tono épico y zumbón de la película, que lo que Historias... ha conseguido es fundar, ahí donde parecía no haber nada, un universo de monolitos y de monumentos, de ríos y de botes, de Napoleones y Carlomagnos, de hoteles y de pasajeros. Con personas que los recorren y cuentan sus desventuras. Y allí hay cine. Y allí hay historias. Y son extraordinarias.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2008/10/04/um/m-01773805.htm