Balance muy positivo para el Festival Cervantino
"Este festival se parece mucho a la vida, a la multiplicidad de gustos que tiene la gente ...". Nada más oportuno que esta definición del reconocido crítico Jorge Dubatti, quien estuvo en Azul participando del Festival Cervantino "Soy Quixote". Y de eso se trató, de poder establecer un espacio para todos y que cada uno pudiera apropiarse de algo, según sus intereses, sus gustos, sus ganas.
Las fronteras suelen ser al mismo tiempo símbolo de cercanía y de distancia. Azul se abrió al mundo, participaron de esta fiesta invitados nacionales e internacionales. Más allá de las distancias, renovó el sentido de la cercanía demostrando que Azul es un polo de interés cultural. Un referente que día a día trabaja para engrandecerse.
Predominó la idea de la multiculturalidad. Esta ciudad de raíces pampas demostró su interés por fortalecer los lazos culturales, partiendo de la idea de la diversidad. Azul se movilizó con el objetivo de organizar una fiesta que se "desparrame" y se viva en cada rincón de la ciudad.
Parecía una utopía. Sin embargo, vimos cómo desde los barrios, las plazas, las escuelas, los niños, los jóvenes y los "no tan jóvenes" compartieron y vivieron los espacios propuestos.
Parecía una utopía. Sin embargo, la obra de los niños de las escuelas de Azul hoy está en todas las librerías del país, editado por Alfaguara.
Parecía una utopía. Sin embargo, vivimos una verdadera maratón cultural. Música, literatura, jornadas académicas, cine, exposiciones permanentes, teatro de primer nivel, trabajos comunitarios y conferencias, durante 18 días consecutivos.
Parecía una utopía. Sin embargo, avanza día a día un mural de 40 metros sobre la historia de Azul, pintado nada más ni nada menos que por la paleta de un azuleño de trascendencia internacional, como es "Chirola" Gasparini.
Este Festival ya es parte de la vida cultural de los azuleños. Una fiesta que le da color y proyección a la ciudad. Y no sólo es una posibilidad de disfrutar del cine, del teatro, de la música, de las exposiciones artísticas, de lo académico, sino la de incentivar nuevos talentos y de producir espacios para la reflexión y el espíritu crítico.
"Encuentro de culturas", fue el lema de la primera edición de este Festival; "Soy Quixote", de la segunda. Sea cual fuere el lema siguiente deseamos que siga encendida aquella pasión que nos trasmite el ingenioso hidalgo. Que logre crecer en calidad de ofertas, en cantidad de espectadores, que se colmen las salas, que todos los azuleños se apropien de esta fiesta.
Ya dimos el puntapié inicial. La idea es sumarse a este desafío de mostrar al mundo que Azul es digna de ser Ciudad Cervantina. Seamos todos parte de esta fiesta.
Comunicación Festival Cervantino