Federico Delbonis: "Fui de a poco, construyendo este sueño"



ZAGREB.- Federico Delbonis está derrumbado sobre un sillón del lobby del hotel DoubleTree. Está dormitando. Apenas abre un ojo. La voz cavernosa lo delata. Desde que derramó su cuerpo en la superficie del Arena Zagreb tras conquistar el quinto e histórico punto de la final frente a Croacia, no se detuvo, prácticamente, ni un minuto. Su nombre quedará marcado a fuego en los libros de historia. Es la envidia de muchos; es la inspiración de todos.

-¿Todavía estás soñando?

-Todavía no me pude dormir (sonríe).

El zurdo de Azul, cuya convocatoria para la final se puso en algún momento en duda por la cantidad de caídas consecutivas que acarreaba desde, incluso, Roland Garros, se restablece en el sillón. Y continúa charlando con La Nacion, sin quitarla la mirada al baúl que carga la réplica de la Copa Davis que le obsequiaron a los campeones. "Me acosté una hora. Vino el control antidoping [recibieron controles sorpresivos en la madrugada]. Llamamos a Juan (Del Potro). Me llamó Leo (Mayer). Estoy acá. Contento más que cansado. Ahora sigue la ilusión, el festejo. Pero todavía no entiendo mucho", dice y no baja de las nubes.

-¿Viste imágenes del partido ante Karlovic?

-Sí, un rato antes de dormirme hasta que me quedé planchado. Quise ver un par de fotos, de videos. Quise escuchar los comentarios del final, el festejo, porque yo me acuerdo que estaba debajo de todos y escuchaba los gritos, pero no sabía de quiénes eran porque tenía los ojos llenos de lágrimas. Quería verlo para ver toda la escena.

-Dio la sensación de que sabías que podías tener tu gran oportunidad. Desde que llegaste a Zagreb se te vio con muchas más energía que en otras series y, además, estuviste acompañado por gran parte de tu equipo.

-Quería encarar la final como una pretemporada, llegando bien a esta serie. Tengo una alegría enorme. No me salen las palabras. Es difícil pensar después de lo que hicimos. Es una satisfacción espectacular que le servirá a todo el deporte argentino.

-Este equipo demostró tener una mística especial y un gran respeto interno. En las semifinales frente a Gran Bretala fuiste el mejor rankeado, no jugaste ningún punto y sin embargo alentaste tanto o más que otros.

-En Glasgow me tocó a mí salir, sí. Acá le tocó a Guido (Pella). Pero siempre tuvimos las mismas palabras de apoyo y nos salían de corazón. Eso fue lo más importante. Y lo que sale de nuestras actitudes fue de corazón, de nuestra nobleza y eso es lo que tiene este equipo, más allá de lo que se podrá decir. La nobleza es algo que por ahí no se ve, pero se palpa con acciones y gestos, que pueden ser pequeños pero muy firmes.

-¿Cómo seguiste el partido de Del Potro ante Cilic, sabiendo lo que te podía tocar a continuación?

-Vi los cuatro primeros sets desde la sala de jugadores que teníamos. El quinto no lo vi. Horacio (Anselmi, el preparador físico) me cagó a pedos y me dijo que fuera al vestuario a tirarme en la camilla porque estaba caminando por las paredes, veía cómo gritaban los chicos y quería estar ahí. Iba corriendo de la camilla al teléfono a ver el resultado. No podía parar. Tenía una ansiedad por saber cómo iba que me estaba matando. Cuando escucho a los chicos que gritan, pensé que iba quiebre arriba Juan Martín y al rato cuando voy a ver, iban 1-1 y no entendía lo que pasaba. Después me fueron contando los chicos lo que iba pasando. Por ejemplo, no me enteré que Juan Martín se había fisurado el dedo hasta que hoy (por ayer), cuando lo vi a la mañana para hacer el antidoping, me dijo lo que pasó. Todo lo que vivimos es muy fuerte. De a poco vamos a reconstruir este logro increíble, de a poco vamos a caer. Son las primeras horas y me voy enterando de cosas que fueron pasaron y que en su momento ni las advertí. De a poco vamos a descomprimir toda esta locura que tenemos, toda esta energía.

-Luciste una contundente sangre fría, como si hubieras jugado una decena de finales de Copa Davis. ¿Cómo hiciste para controlar los nervios o no prestar atención al ambiente?

-Sí, la verdad que tenía muy en claro lo que tenía que hacer. Tengo mi equipo con el que trabajo la parte mental. Antes del partido hice lo de siempre: planificar el partido, escribir en un papel muchas cosas que veo que pueden pasar y que me van a servir para dañar al rival. También escribí cosas para saber cómo tengo que hablarme a mí mismo durante los partidos. Se lo di a Orsa pero la verdad es que nunca en todo el partido lo vi ni se lo pregunté. Me iba recordando yo mismo las cosas. Jugué con el corazón. Juan Martin me dio esa chance de jugar el quinto punto y se lo agradecí cuando llegó al vestuario. Sabía la responsabilidad que yo tenía, pero estaba enfocado.

-¿En algún momento sospechaste que podían ganar la copa o lo veías inalcanzable?

-Soñaba con jugar la Copa Davis. Y cuando lo hice, me empecé a contagiar más y más. Y fuimos creyendo de a poco en nosotros. Fuimos armando este sueño y se volvió realidad. No es que un día me levanté y dije 'Quiero ganar la Davis'. No. Fui construyendo de a poco este sueño. Y sin la ayuda de mis compañeros hubiera sido imposible, y no es una frase de ocasión. Ojalá que esto sea una inyección anímica para todos los chicos que quieren jugar al tenis y para aquellos que piensan que todo es posible más allá de las limitaciones.

"Se mantuvo impecable"

Delbonis justificó ampliamente la confianza que sobre su juego había depositado el capitán Daniel Orsanic al designarlo como segundo singlista. "A Fede lo vimos muy enfocado desde hace un par de semanas, desde el torneo de Basilea. En el partido con Karlovic se mantuvo impecable, yendo punto por punto y en ningún momento demostró que estuviese ansioso. Jugó en forma espectacular" opinó el capitán.

El quinto punto ante Croacia fue la quinta victoria de Delbonis en la Davis. Ya le había ganado a Andrea Seppi y Fabio Fognini, en Pésaro, este año, por cuartos de final; al serbio Víctor Troicki en cuartos durante 2015, y al brasileño Thomaz Bellucci en la primera ronda del año pasado.

Fue el primer punto que ganó en superficie dura. Ya había perdido tres singles en ese tipo de cancha: ante Cilic, el viernes; y frente a los belgas Goffin y Darcis en la semifinal de 2015.

 

Fuente: La Nación