Aquella pareja inmortal surgida de la pluma de Cervantes sigue cabalgando sin tregua. Late la pasión del ingenioso hidalgo. Y Azul parece haberse enamorado de ella. Esa extraña mezcla de ficción y realidad le imprime sello propio a nuestra ciudad.
En el marco de su distinción como Ciudad Cervantina de la Argentina, Azul asumió el desafío de trabajar con toda su comunidad. El objetivo: aprovechar, mostrar y disfrutar del patrimonio cultural que atesora, rescatando los valores del ideario cervantino.
La aventura quijotesca se pone en marcha. Azul proyecta su Festival Cervantino como un encuentro de múltiples identidades. Integración, pasión y movilización son los pilares esenciales de esta fiesta azuleña que se "desparrama" por toda la ciudad. Se palpita en cada casa, en cada barrio, en cada plaza, en cada escuela; marcando presencia en todos los espacios públicos.
El concepto de este Festival está plasmado en su marca. Lleva los colores de la bandera de los pueblos originarios, significando la diversidad. Un corazón alude a la pasión aventurera del Quijote. A la "Q" se la ha transformado para trazar el sombrero del caballero de la triste figura. Y se refuerza con el lema "Soy Quixote", utilizando la "X" letra que universalmente identifica al "Quijote".
No es ingenua la elección de los colores. Son también los de la bandera de la cooperación que simboliza los ideales y objetivos de la paz universal, la solidaridad, la justicia social, la libertad y la dignidad personal.
"Soy Quixote" resume aquel espíritu rebelde y justiciero que lleva a Alonso Quijano a asumir en forma personal la idea de cambiar el mundo, aún cuando en la búsqueda de su cometido se equivoque. En esta sociedad signada por el consumismo y la pérdida de valores, ser quijote es ser parte del cambio, comenzando desde uno mismo. Es ser protagonista. Es enfrentar al mundo buscando mejorarlo.
Azul abre sus puertas al mundo. El Festival Cervantino se va convirtiendo en un fenómeno social y cultural que pone el acento en el centro de la provincia de Buenos Aires. Aquí, las distintas expresiones de la cultura encuentran una excelente instancia: académicos, escritores, músicos, artistas de todas las disciplinas y la comunidad toda, año a año, renuevan el desafío de mostrar al mundo el patrimonio cultural que posee y que ofrece esta ciudad.
Azul aplaude la pasión de Bartolomé J. Ronco, quien desde un pequeño pueblo fue capaz de atesorar la colección que hoy nos enorgullece a todos los azuleños; y el compromiso de un grupo de entusiastas que supo aprovechar el legado cultural, logrando que fuera declarada Ciudad Cervantina de la Argentina; hoy pilar fundamental su desarrollo estratégico.
Y esto es sólo el principio. Azul se contagió de la pasión de Alonso Quijano; y como aquella pareja inmortal, sigue cabalgando sin tregua en nuevas aventuras quijotescas.

Lic. Ana Casares

Festival Cervantino 2008

AZUL LE PONE COLOR A LA MANCHA

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