Festival Cervantino: “Azul es la tierra de unos niños que pueden soñar para cambiar y mejorar el mundo en que vivimos”
El pasado sábado 15 de febrero la revista Cultural Ñ recorrió las huellas de Cervantes por el Río de la Plata. La nota de María de los Ángeles González transita los tributos dedicados al Ingenioso Hidalgo hasta llegar a nuestra ciudad de la mano del Presidente de la Asociación de Cervantistas José Manuel Lucia Mejías quien comentó “en Azul, la ciudad cervantina de la Argentina, la realidad es siempre más creativa y más sorprendente que la imaginación”.
Explica también que todo lo sucedido en nuestra ciudad por deseo y por tradición hace que el lema del festival “Soy Quixote” sea una parte esencial del ser azuleño; un Azul que se va llenando de obras de arte, entre las que se destacan las de Regazzoni, Omar “Chirola” Gasparini, Rep y Omar Estela; una comunidad que trabaja todo el año para elaborar proyectos que desembocan y se concretan en cada Festival Cervantino que año a año conquista a más turistas y azuleños.
Luego de hacer un repaso por el crecimiento cultural y académico y por el reconocimiento de este festival a nivel nacional e internacional, José Manuel reflexionó: “cuando me preguntan que intente explicar qué es Azul, la ciudad cervantina de la Argentina, cómo se ha consolidado en tan poco tiempo un proyecto de tal envergadura, tan sólo puedo sonreír y definirla como una tierra mítica, una tierra que yo antes de conocer Azul sólo había leído en los libros y había admirado en las crónicas de la antigüedad: la tierra donde los sueños se hacen realidad”. A lo que agregó “Azul es la tierra de unos niños que hacen suyos los valores del Quijote, que pueden soñar para cambiar y mejorar el mundo en que vivimos. A pesar de la incomprensión. A pesar de tantos molinos de viento”.
Por otra parte, María de los Ángeles González menciona la declaración de Azul Ciudad Cervantina realizada en el año 2007 por la UNESCO y destaca que el festival que se realiza cada mes de noviembre en nuestra ciudad reúne artistas, académicos y aficionados “a la vez que estimula a los lugareños un particular culto al Quijote que bien podría haber nacido en una de las tantas ficciones cervantinas utópicas y trasnochadas que recorrieron el último siglo”.
En el artículo de la revista Cultural Ñ, la periodista destaca la desmesurada pasión cervantina de Bartolomé Ronco, quien tras la muerte de su única hija acentuó su amor por el Quijote, fabricó ingeniosos juguetes de madera y, junto a su esposa, se volcó a tareas culturales comunitarias y caritativas “Ronco llegó a reunir una de las colecciones cervantinas más importantes fuera de España”, asegura González.
Azul Ciudad Cervantina es parte fundamental no sólo de nuestra comunidad sino ya de la Argentina toda, que por diferentes medios se hace eco de este Festival.