La revista de Susana Gimenez calificó a Azul como la "Slow City" Argentina



Olvidate de las corridas y los apuros, en Azul, ubicada justo en el centro geográfico de la provincia de Buenos Aires, a 300 km al suroeste de la Capital Federal por la Ruta Nacional N3, hay mucho para ver, vivir, sentir y probar. Los sentidos se despiertan acompañados por el ritmo habitual de las localidades del interior, que ahora la moda las rebautizó "Slow City".

La particularidad de esta ciudad es un fuerte acento cultural que la coloca en la agenda internacional gracias a que fue nombrada por la UNESCO Ciudad Cervantina de Argentina, por tener la colección de libros del Quijote de la Mancha mas importante del Cono Sur. La vasta colección del Quijote descansa en los estantes de la antigua Casa Ronco (San Martín y Rivadavia). Pero mucho antes de que esto sucediera Azul, ya tenia sus tesoros, como la arquitectura de Francisco Salamone que se puede apreciar en la portada del Cementerio, en la Plaza San Martín y en el pórtico de ingreso al Parque Municipal Domingo Faustino Sarmiento que, dicho sea de paso, fue diseñado por Carlos Thays.

La Catedral Nuestra Señora del Rosario de estilo neogótico y ubicada frente a la Plaza San Martín es otra obra digna de ver, igual que el Teatro Español, por donde pasaron los artistas mas grandes de la Argentina (desde Gardel a Julio Bocca). La calle Bolivar con su circuito de casas antiguas, y la Casa Squirru, donde se realizan exposiciones y muestras de artistas azuleños, son otros imperdibles. En este recorrido caprichoso no puede faltar una visita al Museo Etnográfico, con una destacada colección de platería. Sobre la vera del arroyo Azul está una de las últimas adquisiciones de la ciudad, el conjunto escultórico del Quijote de la Mancha realizado por el artista Carlos Regazzoni, que se enamoró de la ciudad y abrió una panadería La Hermosura con recetas antiquisimas.

A la salida, nada mejor que llegar hasta la Estación Pablo Acosta donde se puede llegar degustar una buena picada y platos caseros que hacen de este paseo, una visita inolvidable. Con esta hoja de ruta quizá se explica por qué Azul fue elegida como una de las 4 ciudades de Buenos Aires donde se realizarán los festejos del Bicentenario.


Texto de Guillermina Gomez Romero

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Concepto de Slow City

El concepto Slow City surge como una ampliación del Slow Food, un movimiento que nació en Roma en 1986, como reacción contra la inauguración de un local de McDonald´s en la plaza España. El periodista y sociólogo Carlo Pertini inició una campaña que logró el cierre del restaurante y dio lugar al desarrollo de una filosofía que trasladó a Bra, su ciudad natal, para dispersarla por toda Italia.

Al poco tiempo, esta localidad de 28.000 habitantes, situada entre Turín y Génova, amplió este concepto convirtiéndose en la primera slowcity del mundo, o cittaslow, como la llamaron. Simbólicamente, el alcalde atrasó el reloj de la iglesia 30 minutos y prohibió que los almacenes abrieran y circularan los autos jueves y domingos.

A grandes rasgos, el concepto de Ciudad Lenta abarca aspectos ecológicos que incluyen la prohibición de antenas -molestas visualmente y también dañinas para el ser humano-, la no contaminación visual en cuanto a carteles y luces de neón, la no proliferación de ruidos como bocinas y alarmas de automóviles ni tampoco música amplificada en lugares públicos, el uso de fuentes de energía renovables, el reciclado de la basura y una mayor oferta de parques, plazas y lugares de encuentro.

Paralelamente, promueve el desarrollo de productos locales, una atmósfera amigable y, especialmente, la conciencia y divulgación del concepto Slow City y Slow Life como derivación. Hay unas ochenta ciudades en el mundo que ya entraron en esta categoría y muchas otras que están realizando los cambios necesarios para incorporarse.