Se inauguró el Museo Criollo “Beato Pereyra”



Como parte de las celebraciones por el 182º aniversario de Azul, el intendente José Inza encabezó dias pasados el acto que dejó inaugurado el Museo Rancho Museo Criollo “Beato Pereyra”, espacio de los hermanos Juan Carlos y Julio Pereyra, ubicado en calle Belgrano y ex vías del Ferrocarril Provincial, en el sector detrás del Lago Güemes, y declarado de interés municipal por el Departamento Ejecutivo.

En la oportunidad, el mandatario estuvo acompañado por funcionarios de su gabinete. También se encontraba el presidente del Concejo Deliberante José María Cordeviola.
En su discurso, el jefe comunal consideró a la jornada como “un momento de honda emoción” y felicitó a quienes hicieron realidad el Rancho, que “han puesto este gran esfuerzo para poner de pie este rancho y revitalizar los valores tradicionales que implica”. En esta línea, destacó su vínculo personal con los hermanos Pereyra y el hecho de estar como Intendente acompañando la posibilidad de brindarle a Azul “esta maravilla que es este ícono de la tradición azuleña”.
“Como municipio, estamos muy satisfechos y contentos de haber participado y ayudado a que esto se pueda concretar. Entiendo que era nuestra misión porque esto se suma al patrimonio cultural y arquitectónico de nuestra ciudad sin ninguna duda, pero más allá de eso quiero destacar la cantidad de gente que ha venido, del barrio, de diversas instituciones de la democracia, de la ciudad”, continuó.
En este sentido, remarcó el valor de esta casa la localidad azuleña: “esto es algo que es del pueblo, del barrio porque va a representar la barriada de Villa Fidelidad y lo vamos a contar como un patrimonio de la comunidad. Esto se va a integrar al museo y a todos los atractivos que tenemos para ofrecerle al turista y al mismo azuleño como para que conozcan lo que es la tradición azuleña y de la zona, con los utensilios y demás elementos de trabajo que usaba el gaucho en la época en que tenía que desempeñarse como podía ante las inclemencias y adversidades”.
Anteriormente, Julio Pereyra recordó a la figura de quien lleva el nombre del Rancho Museo Criollo, su padre ‘Beato’ Pereyra, “en homenaje a lo que él amaba y defendía a nuestro rancho argentino” y explicó los orígenes de este proyecto y los esfuerzos que hicieron para poder concretarlo.
Asimismo, agradeció la cooperación del intendente Inza para la realización de la fiesta que tuvo lugar ayer, en tanto que su hermano Juan Carlos hizo extensivo el agradecimiento general para toda la gente que colaboró en la propuesta, así como particulares a la Cooperativa Eléctrica, a la Facultad de Agronomía y al escultor Miguel Ángel Bohn, “quien puso todo su talento, esfuerzo y horas” para las obras de arte con las que cuenta el rancho.
En la ocasión, los hermanos Pereyra entregaron como presente un arma blanca artesanal al Intendente, quien como respuesta simbólica y tal como marca la tradición retribuyó con una moneda a cada una de ellos.
Durante el acto, también fueron plantados un ceibo donado por el Gobierno Municipal y un sauce aportado por la vecina Marta Fredes, ambos como símbolo de cooperación y testamento del nacimiento del museo. Ambos fueron plantados por Inza y los hermanos Pereyra, en el primer caso acompañados por el director de Medio Ambiente y Parques Industriales, Agustín Ducca Pantaleón, y en el segundo por el profesor Dardo Restivo.
Previo a la inauguración del establecimiento, el mismo fue bendecido por el padre Jorge Di Pasquale y los presentes entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, interpretado por la Banda Militar “Combate de Perdriel”.
La actividad tuvo como cierre un desfile en el lugar, con entidades del barrio Villa Fidelidad -donde se ha construido el rancho-, carruajes de época y agrupaciones gauchas. Finalmente, las autoridades presentes compartieron un almuerzo con invitados especiales.

Una iniciativa por la tradición
La iniciativa tuvo origen en la voluntad de los hermanos Juan Carlos y Julio Pereyra, quienes a mediados de 2012 decidieron la construcción del rancho, como una manera práctica de que se conozca cómo se cobijaba el gaucho y a su vez fueron recibiendo donaciones de diversos elementos de la época, los cuales son exhibidos en el lugar y constituyen el museo. Allí, se pueden observar lazos, recados, catres, herramientas de campo, asientos de cadera, morteros, pecheras y frenos, entre muchos otros.
Asimismo, los hermanos Pereyra llevaron adelante esta obra para rendirle homenaje a su padre, Beato, quien siempre sostuvo en alto las banderas tradicionalistas.