Los industriales Piazza


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 Por Enrique C. Rodríguez

(Reseña basada en el libro del mismo nombre, escrito por la Sra. María Cristina Casamayor de Minvielle en 1999)

 

En 1870 llegó a la Argentina Don JOSÉ ANTONIO PIAZZA, procedente de Craveggia, provincia de Novara, Italia.

Hombre de temperamento luchador, no se quedó en Buenos Aires, sino que se dirigió al Azul, que por ese entonces era un pequeño poblado expuesto a los ataques de los indios.

Llegó acompañado de uno o tres de sus hijos, según las distintas versiones, y su primer trabajo fue como salador de cueros.

Cosechando fruta en la chacra de su patrón, cae de una planta y sufre heridas importantes. En busca de alivio, y con el objeto de traer a la Argentina al resto de su familia, se embarca para Italia, pero muere en la travesía.

Al fallecer su padre, LORENZO PIAZZA debe asumir el rol de jefe de familia. Comprando grasa en las carnicerías, comenzó en 1875 a fabricar velas que luego vendía por las calles de Azul, hasta que pudo adquirir un carro y un caballo para salir a la campaña. La fábrica estaba en un humilde rancho cerca del Cementerio.

Con sus ganancias, Lorenzo logra traer de Italia a su madre MARIA RIZZO, y a sus hermanos María, Antonia, Carolina y Pedro, quienes se unen a Francisco y a Remigio, que ya estaban en Azul.

En 1883 se asocian a Lorenzo sus hermanos Francisco y Félix, expandiendo sus actividades con una fábrica de jabón y un matadero de yeguas para proveerse de grasa.

Destacamos que por esa época los yeguarizos abundaban en la zona, y eran muy baratos, por haber desaparecido prácticamente sus principales consumidores, que eran los indígenas.

Como dato curioso, señala la autora que era un rubro importante el aceite que se extraía de las patas de los caballos, el cual se utilizaba como lubricante de las maquinarias agrícolas; ya que en esos años no se conocían los derivados del petróleo.

En 1892, y aprovechando la gran cantidad de cueros que les proporcionaba la ya referida matanza de yeguarizos, los Piazza crean la Curtiduría, adoptando una tónica visionaria que los caracterizaría durante toda su actividad, cual fue la de llevar adelante industrias conectadas entre sí, o derivadas unas de otras.

Digamos al pasar que la primera curtiembre de nuestra ciudad no fue ésta, sino la que instalara allá por 1880 el bearnés Santiago Courreges, en la esquina de Jujuy y Belgrano.

Siguiendo con nuestro relato, en 1894 se incorporan como socios Remigio y Pedro, quedando así la firma Piazza integrada por los cinco hermanos varones, eligiendo como emblema uno que resultaría famoso en todo el país: un círculo en cuyo interior se veían cinco letras “P”

En 1906 se retira Francisco, quien fallece dos años más tarde, y luego lo hace Remigio. Quedan al frente de la empresa Lorenzo, Félix y Pedro.

En los primeros años de la década de 1890, los Piazza adquieren la cervecería de un alemán de apellido Maschmeier, que atravesaba por dificultades económicas, quedando al frente de la fábrica Don Félix..

Y aquí tenemos una muestra del carácter emprendedor de esta familia: deciden no contratar un cervecero especializado, sino que el propio Félix resuelve adquirir los conocimientos necesarios por sí mismo. Como la principal bibliografía sobre el tema se encontraba en francés, Félix estudia este idioma.

La cebada que se utilizaba era del país, y como en ese entonces no era de muy buena calidad, los Piazza resuelven importarla de Alemania, logrando un producto que igualaba en calidad a la cerveza alemana, y que recibió numerosos premios en exposiciones internacionales.

En el mismo predio de la cervecería instalaron una fábrica de hielo que llegó a producir 24 toneladas diarias.

Los que tenemos unos cuantos años, recordamos esas gruesas barras de hielo envueltas en arpillera, que una vez cortadas y entregadas a domicilio, eran guardadas por nuestros abuelos en lo que pomposamente llamábamos “ heladeras a hielo “, y que no eran más que muebles de madera, recubiertos de metal por dentro.

En lo de los Piazza nada se desperdiciaba: los residuos de origen animal y vegetal que se descartaban de la grasería y de la cervecería sirvieron para criar cerdos. Los Piazza produjeron excelentes jamones y salames, que pronto reemplazaron en nuestra zona a los importados.

La variada producción de los establecimientos industriales de la familia: - recordemos los jabones marca Piazza, Veteado, Azuleño, Cinco P; las cervezas Munich, Pilsen, Tehuelche, la Malta; los cueros de vaca, becerro y potro; las suelas y cola de carpintero, etc.- excedía las necesidades de la demanda local, por lo cual debió implementarse una red de agentes vendedores en todo el país, que en 1930 comprendía 39 agencias.

En 1933 se abre una sucursal en Rosario, mientras que en la Capital, la firma “Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Cía. “era la encargada de colocar los productos de la Curtiembre.

Los Piazza habían instalado en Azul un negocio en la esquina oeste de Moreno y Alsina (hoy Yrigoyen) para la venta de sus productos, el que con el tiempo, fue destinado a las oficinas de la administración.

Junto al mismo, y por Alsina, se abrió el Almacén de Suelas donde se comercializaban los productos de la Curtiembre, debiendo destacarse el cuero llamado “ London Special “ destinado a la fabricación de la famosa pelota de fútbol “ Super Ball “.

A comienzos de la década del 30, el Almacén de Suelas, Zapatería y Anexos se trasladó al suntuoso edificio de la esquina Sur de Irigoyen y Moreno, el mismo donde hoy se encuentra la Galería Piazza.

Allí revestía especial importancia la talabartería, destinada a satisfacer las necesidades del hombre de campo: riendas, bozales, encimeras, bastos, mandiles, etc. Se destacaba la labor del soguero Carmelo Restivo, que tenía su negocio en Mitre y Arenales, donde procesaba el cuero crudo sobado que le proveían los Piazza.

También es de resaltar que Piazza era proveedora de la afamada fábrica de zapatos “Grimoldi“ de la Capital Federal; y que llegó a tener una marca propia de zapatos para hombres y niños.

El Almacén de Suelas, que vendía sus productos en cuotas a sus empleados, procedimiento inusual en el comercio de entonces, cerró sus puertas en 1955.

A instancias del Dr. Bartolomé J. Ronco, Don Alfredo F. Piazza encargó al artista Speroni la confección de un mazo de cartas con motivos gauchescos, al que se llamó “Martín Fierro“. La idea era muy interesante: los clásicos caballeros fueron reemplazados por el gaucho argentino; las sotas, por indígenas; los palos de ceibo sustituyeron a los bastos.

Pero el emprendimiento no tuvo éxito comercial, pese a que en un primer momento tuvo buena acogida en casi todo el país.

También queremos destacar otro ejemplo de la visión comercial de los hermanos Piazza. Como la Curtiembre requería para sus labores gran cantidad de tanino, deciden adquirir distintos quebrachales, y en Barranqueras, pcia. del Chaco, instalan una fábrica de ese producto.

Un hijo de Lorenzo, llamado José, se instala en el lugar con su esposa Josefina Maschio, durante dos años, hasta que el emprendimiento comienza a funcionar.

La Compañía Productora de Tanino “Z “ llegó a exportar a Europa sus excedentes.

En nuestra ciudad, los hermanos Piazza establecieron su casa lindando con la fábrica. Remigio construyó su hogar en la prolongación de la Avda. Mitre, en el lugar en que hoy se encuentra el Convento de Carmelitas Descalzas.

Don Pedro edificó su residencia en el solar que hoy ocupa la Departamental Centro de la Policía Bonaerense.

El patriarca Don Lorenzo refaccionó la vieja casa familiar, a la que llamó “ La Catalina “ en honor de su esposa Catalina Rosa Motti; hasta que en 1928 construyó la magnífica mansión de la esquina Sud de Bolívar y Uriburu, hoy propiedad del Dr. Gustavo Bogliano, frente al cantoncillo Santa Margarita.

Su hijo José habitó la finca de Moreno 577, que luego fue del conocido médico Juan A. Miranda; para posteriormente pasar a vivir en La Catalina. Junto con su esposa, y en honor a sus padres, mandó edificar la Capilla Santa Rosa y San Lorenzo en la esquina Este de las calles Industria y Avenida Piazza.

La familia tuvo activa participación en la fundación de distintas entidades sociales y deportivas, entre ellas el Club de Remo y Sportivo Piazza; y además, formaron parte de los Directorios del Gran Hotel y del Nuevo Banco de Azul.

Como si todo esto fuera poco, el Cine San Martín encontró como principal sostén al Sr. José Piazza.

Desde la instalación de la familia al Noreste de nuestra ciudad con su complejo industrial, los alrededores fueron poblados por los obreros de la fábrica, conformándose un barrio con características definidas, donde muchos inmigrantes, sobre todo italianos, encontraron allí su medio de vida, dándose muchas veces el caso de que todos los integrantes varones de una familia trabajaban para los Piazza. El complejo , según algunos testimonios, llegó a ocupar a 500 personas.

Se formó así lo que hoy conocemos como “Villa Piazza “, barriada tan extendida que fue dividida en Norte, Centro y Sur.

Otro aspecto para destacar reside en el hecho que las Industrias Piazza fueron las primeras en otorgar en Azul, en el año 1932, el sábado inglés, para dar cumplimiento a la legislación vigente.

Finalmente, vamos a mencionar, siempre siguiendo el trabajo de Cristina Casamayor, una costumbre poco recordada que tenía la Sociedad “Piazza Hnos. e Hijos S.A. “, que era “la monedita de los sábados “.

Todos los sábados por la mañana, en el escritorio de Moreno e Yrigoyen, se entregaba a quien lo solicitara, una moneda de 5 centavos, que en ese entonces equivalía a medio kilogramo de pan.

Testimonios de ex empleados refieren que se formaban largas colas, de más de una cuadra, para retirar la moneda.

Esa actitud de la empresa ponía de manifiesto el espíritu solidario de los directivos.

No vamos a ahondar aquí en las causales que condujeron al cierre de las distintas empresas del grupo; preferimos a concluir con las palabras con las cuales Cristina Casamayor cierra su libro:

“Vaya también, junto con el homenaje de reconocimiento a los industriales Piazza, a toda la inmensa legión de extranjeros laboriosos que posibilitaron con su trabajo y sacrificio que surgiera “ a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación “

 

NOTA: Este texto fue difundido en el programa " Ana y el espejo "de la Sra. Ana María Praiz a través de la emisora FM del Pueblo de la ciudad de Azul ( 104.1 del dial ).

Fuente: http://www.hemerotecadeazul.com.ar