Mario Miguel Marateo
Mario Miguel Marateo, ex peón ferroviario, fue ganador en dos oportunidades del programa de preguntas y respuestas emitido hace mas de 30 años, Odol Pregunta.
La participación de Marateo en este concurso es la mas recordada del programa. Debía responder preguntas sobre pájaros y acertar con los audios que le proponía Cacho Fontana (Conductor del ciclo). Finalizando con el certámen, y a punto de ganarse el premio, Fontana le realizó una pregunta "trampa". "No -dijo- ese pájaro no existe". Y efectivamente no existía, la producción de "Odol Pregunta" había distorsionado el audio. Se alzó con un premio de un millón de pesos.
Es autor de diversos libros sobre su especialidad los pájaros de la argentina.
Amante de su ciudad esta radicado desde siempre en Azul y junto a su compañera de toda la vida (Teresita) conduce cada mañana de sábado un programa de radio en la FM local "Del Pueblo".
Y Marateo siguió ganando premios: Gracias a su programa de radio recibió el premio CADUCEO y también fue reconocido con la ciudadanía Ilustre de Azul.
Una frase muy popular en Argentina hace mención de este personaje: "¿Que bicho/pájaro sos que Marateo no te conoce?"
Mario y Teresita, una pareja sin igual...
Una historia sobre amor y plumas...
He visto a dos niños mirarse a los ojos, felices de llevar casi 55 años de casados. Y he oído el poema que él le ha dedicado: "Tus ojos me matan de amor, tus ojos para mí son luces de ilusión que alumbran la pasión que albergo para ti. Yo no sé cuantas noches de insomnio en tus ojos pensando pasé... Sólo sé que yo llevo en el alma tu imagen marcada con el fuego del amor"
Es muy difícil poder contar simplemente la historia de un hombre cuando a su lado brilla con dulzura una excepcional mujer. Entonces, al verlos contemplarse con amor, con un amor palpable, presente y vivo, no queda otra alternativa que hablar del maravilloso matrimonio de Mario Miguel Marateo y Teresa Ida Bonora.
Después de nueve meses de dulce espera, llegó Mario Miguel al humilde hogar de 9 de Julio 784, del matrimonio de Antonio Marateo y Mercedes Angélica Alvarez, quienes ya tenían a la pequeña María de las Mercedes. Era el 2 de mayo de 1928, cuando la partera Magdalena Covaya dijo "niño", pero nadie imaginó que con los años aquella criatura iba a marcar un hito para la historia de Azul.
Mario Miguel cursó parte de sus estudios primarios en la Escuela N° 1, junto a Susana Cahuapé, Sara Mangiarúa, Elvira Arribillaga, Raquel Scabuzzo, "Chicha" De la Rosa, Zulema y Rogelio Godoy, los mellizos Labat, "Chiquito" Ramaglio y Miguel Cassano entre otros, a quienes aún recuerda con mucho cariño. Luego estuvo en el Asilo San Antonio durante dos años y terminó el 6° grado de la mano del maestro Alfonso Cataldo.
Pronto comenzó a vender diarios y luego trabajó en el Mercado Municipal (ubicado en la esquina este de 25 de Mayo y San Martín); fue cadete de la Farmacia Mola y vendedor en la Zapatería Astral de Gabriel Villanueva.
Ingresó en la Marina y después de cuatro meses de reclutamiento pasó a la Fragata Sarmiento, de donde, por "problemas de conducta", lo dieron de baja. En consecuencia, volvió a su querida ciudad donde trabajó en Casa Etam, cuya jefa era María Elena Timpanaro (amiga de su familia y del barrio) y más tarde volvió a trabajar en la Zapatería Astral a cargo de Rómulo Pétersen.
Cuando los ferrocarriles pasaron a manos del Estado argentino, Mario M. Marateo se anotó junto a otros postulantes. En las oficinas del Ferrocarril Roca, en Plaza Constitución, le hicieron un examen físico, le tomaron un dictado y las cuatro operaciones matemáticas básicas. Finalmente ingresó como peón de cargas el 5 de octubre de 1947 y a los pocos días le asignaron como destino la Estación Coronel Rodolfo Bunge.
Sin embargo, más allá de este paso trascendental en su vida laboral, ya que finalmente se jubilará como peón de cargas años más tarde, a su vida había llegado una joven que cambiaría realmente su vida. Tras unos años de noviazgo, Teresita, se convirtió en su esposa el 17 de enero de 1953, con tan sólo 19 años de edad.
Durante algunos años, el matrimonio vivió en el desvío ferroviario del kilómetro 243 (entre Parish y Cacharí), donde Mario M. Marateo había sido nombrado como efectivo. Cuando la situación económica mejoró un poco para la pareja, volvieron a vivir en la ciudad, en la casa de los padres de Mario. Y finalmente, en 1962, por medio de un crédito del Banco Hipotecario, pudieron comprar el que es su actual domicilio de Gral. Rivas 874, hogar al que como muestra de cariño eterno Mario bautizó, tal como reza un cartel en el frente, "Teresita".
Desde pequeño, Mario tuvo una frenética pasión por los pájaros y a través de los años fue profundizando su estudio, sin tutores ni maestros, simplemente guiado por su espíritu curioso y taurino. A partir de 1960 comenzó a mandar cartas al programa televisivo "Odol pregunta", para concursa, e incluso su hermana "Mecha" lo anotó personalmente en 1965, pero no obtuvo respuesta hasta dos años después. Marateo fue citado para un examen previo, a cargo del doctor León Benarós, evaluación que aprobó satisfactoriamente y con muy buenos elogios.
Todo estaba listo. El miércoles 5 de julio de 1967, a las 22 horas, todos los azuleños sintonizaron Canal 13 para ver al hijo pródigo de la comunidad contestando sobre "Pájaros de la prov. de Buenos Aires", en el programa conducido por "Cacho" Fontana.
El concurso se desarrolló durante dos meses, con niveles impensados de televidentes, llegando a alcanzar picos de audiencia de 39 puntos la noche del 30 de agosto (Día de Santa Rosa y, casualmente, Día del Ferroviario), cuando Mario Miguel Marateo contestó correctamente la pregunta Odol por un millón de pesos.
Algún periodista lo "culpó" por "pintar de azul el mapa de la república". Y en verdad, Marateo fue el responsable. Todo el país hablaba del azuleño, "el hombre de los pájaros"; la "fama" lo esperaba.
Editó su primer libro "Pájaros argentinos", del cual se agotó la tirada de 30.000 ejemplares y volvió a concursar en "Odol pregunta. Ronda de ganadores" en 1972. Allí compitió por dos millones de pesos, sin embargo, tras tres empates consecutivos con Claudio Domínguez (quien contestaba sobre mitología griega), se decidió desde la producción del programa repartir el premio en partes iguales, siendo ambos ganadores.
Todas las publicaciones y diarios del país se ocuparon de la historia del humilde ferroviario que había ganado el prestigioso "Odol Pregunta". Hasta Mirtha Legrand lo tuvo en su mesa en seis oportunidades. El anonimato pasó a ser parte del pasado.
Los recibimientos en Azul siempre fueron multitudinarios (basta con ver las fotos que Mario conserva para asombrarse), sin embargo, como le ocurre a todo "muchacho de barrio", para Mario no había mejores momentos que los que pasaba con sus padres, su adorada Teresita y su familia.
Publicó el libro "El aficionado a los pájaros", escribió múltiples artículos para el diario El Tiempo y Diario del Pueblo, abrió su propio local comercial, participó de diversas charlas y disertaciones y volvió a la televisión en reiteradas oportunidades, pero la popularidad nunca lo mareó, porque jamás perdió su humildad y carisma.
En octubre de 2002 su amigo Félix Campodónico le propuso hacer juntos un programa radial todos los domingos por la mañana. Así comenzó por FM del Pueblo "En familia y sin Re-Fu-Po" (En Familia y sin religión, fútbol ni política). Un tiempo después, Teresita pasó a ocupar el lugar de Campodónico y realmente la emisión radial quedó "En familia", alegrando las mañanas de los sábados con música antigua, pero por sobre todo, abrigando con calidez a mucha gente, lo cual los ha hecho merecedores del premio CADUCEO 2006. La audiencia es sumamente nutrida e inclusive, a través de Internet el programa es escuchado por azuleños en las Islas Canarias, Sydney Australia, La Plata y Bahía Blanca.
El matrimonio despliega toda su ternura y simpatía, amenizando las mañanas con rancheras, valses, tarantelas, tangos y todo tipo de música. Cabe destacar que Mario es un gran admirador de Carlos Gardel y del tango, y que tiene unas ocho mil canciones diferentes, grabadas en cassettes y discos compactos, superando ampliamente las veinte mil versiones.
Todo es magia en el sencillo hogar de Mario y Teresita; todo es ternura, carisma, simpatía y buen humor.
Mario Miguel Marateo alcanzó el reconocimiento público gracias a su pasión por los pájaros. Sin embargo, me permito pedirle a los azuleños que reconozcamos a la pareja de Mario y Teresita por el Amor que se profesan, ya que pocos son los matrimonios que brillan tras más de cincuenta años compartidos... Basta con observar como se miran y a cada instante escriben otro capítulo extraordinario de esta historia sobre amor y plumas...
Por Eduardo Agüero Mielhuerry